¿Cómo puede influir la exposición al calor en el desarrollo fetal durante el embarazo ?

¡Se acerca el verano! Y con él, las altas temperaturas y olas de calor. La frecuencia y la intensidad de las olas de calor están aumentando rápidamente y es posible que se incrementen en las próximas décadas. ¿Conoces los riesgos para la salud fetal de la exposición al calor durante el embarazo?

El embarazo induce varios cambios fisiológicos y anatómicos en las mujeres, como cambios en la relación superficie-masa, aumento de peso, tasa metabólica basal elevada, mayores depósitos de grasa que retienen el calor y reducción de la resistencia vascular sistémica, lo que puede plantear desafíos particulares para la termorregulación materna. Estudios anteriores demostraron que la exposición materna al calor se asociaba con un mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y muerte fetal. [ref] Hay un par de mecanismos potenciales que pueden contribuir al crecimiento restringido del feto. [ref]

En primer lugar, cuando durante el embarazo la mujer se encuentra en un contexto de temperatura ambiente elevada, la vasodilatación periférica aumenta el flujo sanguíneo en la piel como medio para mejorar la pérdida de calor por convección y la capacidad de evaporación, lo cual puede ocurrir a expensas del flujo sanguíneo a la placenta. Un flujo sanguíneo placentario adecuado es una condición esencial para mantener la demanda metabólica y el desarrollo del feto en crecimiento. Un flujo sanguíneo uteroplacentario inadecuado podría reducir la transferencia de agua, oxígeno y nutrientes al feto y la eliminación de desechos metabólicos del feto.

En segundo lugar, los estudios experimentales encontraron que el estrés por calor está asociado con un suministro reducido de sustratos al feto, como la glucosa y aminoácidos, lo que puede tener consecuencias negativas para el crecimiento y desarrollo fetal normal. Este hallazgo es atribuible a una superficie más pequeña de la placenta y una deficiencia concomitante en el número y actividad de los transportadores de glucosa y aminoácidos.

En tercer lugar, la temperatura ambiente elevada podría actuar como un factor estresante capaz de activar el sistema hipotalámico-pituitario-suprarrenal/ovario materno. La evidencia ha demostrado que las hormonas del estrés (p. ej., cortisol, estrógeno) pueden producir alteraciones relacionadas con el desarrollo fetal, incluido el crecimiento fetal y placentario restringido. Finalmente, el estrés por calor da como resultado una expresión regulada al alza de proteínas de choque térmico con una mayor producción asociada de factores inflamatorios, que pueden desempeñar un papel potencial en provocar resultados adversos en el parto.

En el proyecto BiSC, vamos a explorar si la exposición materna al calor podría afectar el desarrollo físico y neurológico del feto y cómo.

Muchas gracias por la contribución de la familia BiSC. Pronto podremos brindar más información al respecto, ¡estad atentos!

 

Esta noticia ha sido escrita por Yu Zhao, estudiante predoctoral del Proyecto BiSC.