Microbiota intestinal y neurodesarrollo infantil

 

La microbiota intestinal es el ecosistema de microorganismos que habita en nuestro intestino, y durante los últimos años ha emergido como un protagonista clave en el mundo del neurodesarrollo infantil. Este complejo sistema de bacterias, virus, y hongos no solo cumple funciones digestivas, sino que parece también ejercer cierto impacto en la salud cerebral de niños y niñas.

La comunicación entre la microbiota intestinal y el cerebro es mediada por un complejo entramado de señales conocido como eje intestino-cerebro. Este sistema de comunicación parece no solo afectar a la función gastrointestinal, sino que también en el comportamiento, el estado de ánimo y el desarrollo cognitivo. Investigaciones recientes sugieren que ciertos desequilibrios en la microbiota intestinal pueden estar relacionados con distintas trayectorias cognitivas y conductas.

La diversidad y la composición de la microbiota intestinal (es decir, cuántas especies, qué especies y cómo de diferentes son entre ellas) parecen jugar un papel crucial en la regulación del neurodesarrollo infantil. Una microbiota equilibrada, rica en variedad de microorganismos beneficiosos, podría promover la salud cerebral y el desarrollo cognitivo. Por el contrario, desequilibrios en la microbiota (el fenómeno conocido como disbiosis), podrían tener consecuencias negativas en la función cerebral y el comportamiento infantil.

La plasticidad del cerebro infantil permite que experiencias tempranas, incluida la microbiota intestinal, moldean la arquitectura cerebral y determinan la trayectoria del desarrollo cognitivo. Estrategias como la promoción de la lactancia materna, la alimentación rica en prebióticos y probióticos, así como la minimización del uso innecesario de antibióticos, pueden ser fundamentales para fomentar una microbiota intestinal rica y equilibrada y por tanto apoyar un neurodesarrollo pleno.

En resumen, la relación entre la microbiota intestinal y el neurodesarrollo infantil es un campo fascinante y en constante evolución de la investigación científica. En BiSC podremos estudiar estas asociaciones en un futuro próximo para aportar más conocimiento en el campo. Como sabéis, hemos recogido información sobre neurodesarrollo y comportamiento en las visitas de vuestros hijos e hijas con nuestra neuropsicóloga Muriel Ferrer. Estos datos podrán relacionarse con las bases de datos sobre microbiota intestinal que hemos obtenido a partir de las heces de los peques. Os dejamos unas cuantas fotos para que veáis el proceso a través del cual hemos separado los microorganismos del resto de material de las heces y extraído el ADN de estos. Este ADN se ha enviado a un laboratorio especializado con tal de identificar qué especies estaban presentes en cada una de las muestras, para así caracterizar la microbiota intestinal de cada uno de los niños y niñas BiSC.

La comprensión de cómo los microorganismos intestinales influyen en el desarrollo cerebral abre nuevas vías para abordar trastornos neurológicos y promover la salud integral de los niños. Al reconocer la importancia de este vínculo entre el intestino y el cerebro, podemos avanzar hacia enfoques más holísticos y personalizados en el cuidado de la salud infantil, mejorando así el bienestar y el desarrollo de las generaciones futuras.

 

 

Esta noticia ha sido redactada por Pol Jiménez, estudiante de doctorado del Proyecto BiSC.