Nueva publicación sobre residuos de tabaco en niños
El pasado 7 de febrero se publicaron los resultados de un estudio elaborado por la Universidad de San Diego y la Universidad de Cincinnati en Estados Unidos sobre la presencia de residuos de nicotina en manos de niños y niñas. El artículo, publicado en la revista JAMA Network Open(1), pone de manifiesto que tanto niños que viven expuestos en entornos donde hay adultos fumadores como los que no, presentan residuos de nicotina en sus manos.
El llamado “humo de tercera mano” o “polvo de tabaco” es el residuo químico que queda adherido en superficies como consecuencia de fumar tabaco; ya sean muebles, paredes, ropa, etc. Las personas estamos expuestas al humo de tercera mano al tocar las superficies contaminadas si éstas no han sido limpiadas correctamente.
El estudio, realizado durante 2020 y 2021, analizó los niveles de nicotina en manos de 504 niños menores de 12 años a través de un lavado con algodón por los dedos de la mano dominante del niño o niña. Estos resultados fueron comparados con información reportada por las familias sobre la exposición a tabaco en el domicilio (miembros convivientes fumadores, espacios habilitados para fumar, etc.).
Los resultados del análisis mostraron que, de los niños clasificados como “expuestos a tabaco”, un 97,9% tenía residuos de nicotina en sus manos. Sorprendentemente, de los niños clasificados como «protegidos de exposición a tabaco», un 95,2% también mostraba residuos de nicotina; es decir, que no había grandes diferencias entre un grupo y el otro. En la revisión de los datos sociodemográficos también se vio asociación entre el nivel económico y la presencia de nicotina (a más ingresos familiares, menor cantidad de nicotina).
Los riesgos para la salud que supone el contacto con sustancias del humo de tercera mano todavía está poco definido, pero ya existen algunos estudios que relacionan su exposición con resistencia a la insulina, enfermedades pulmonares o hepáticas. En niños, se asocia también en el desarrollo cerebral.
Estudios como éste ponen atención a que las medidas de protección a tabaco de niños y niñas, tradicionalmente centradas en alejar fumador-niño o aumentar la ventilación de los espacios, quizás deben empezar a contemplar también la exposición a humo de tercera mano.
La noticia ha sido escrita por Neus Rosell, project manager de BiSC.