Sensores: En el día a día y en investigación

Hoy en día, los sensores están en todas partes. Un teléfono inteligente normal contiene más de 10 sensores diferentes. Estos no solo nos ayudan en nuestra vida cotidiana, sino que también se están volviendo cada vez más útiles para la investigación.

El sensor más conocido en un teléfono actual es el sensor GPS. GPS es la abreviatura de Sistema de Posicionamiento Global (por sus siglas en inglés). Este sistema consta de 31 satélites que orbitan la Tierra. Cada satélite envía constantemente una señal de radio con información sobre su posición y la hora actual. El sensor GPS en cada uno de nuestros teléfonos inteligentes recibe diferentes señales y detecta pequeñas diferencias en los tiempos en que fueron enviadas. Se necesitan cuatro señales diferentes para que el teléfono calcule nuestra ubicación y la precisión de la medición, y dado que hay 31 satélites en total, el teléfono generalmente captará alrededor de 9 señales diferentes si está bajo el cielo en un día sin nubes. En buenas condiciones, ¡la ubicación se puede determinar con la precisión de un solo metro!

Otro sensor importante es el acelerómetro. Como su nombre indica, mide la aceleración. El acelerómetro es una pequeña caja con una rejilla de metal en su interior que se une a las paredes de la caja a través de resortes. Cuando el teléfono se mueve, la rejilla cambia de posición, lo que provoca pequeños cambios en el campo electromagnético que rodea la rejilla que son recogidos por las placas que la rodean. Tres acelerómetros diferentes pueden medir la aceleración en las tres dimensiones espaciales y, a partir de esto, el teléfono puede reconstruir su movimiento. Si queréis saber con más detalle como funciona un acelerómetro podéis ver éste video explicativo (en inglés y subtítulos en castellano).

Estos sensores son geniales para cuando quieres orientarte usando Google Maps o saber cuántos pasos has dado hoy. Y también ayudan a los investigadores de BiSC a medir lo que se llama exposición personal. Antes, los investigadores que querían estudiar la exposición personal solo podían recoger información sobre la dirección postal y con ello evaluar el entorno que la rodeaba, lo que no era muy preciso. Hoy en día, mediante sensores GPS y acelerómetros, que como hemos comentado están en nuestros dispositivos de uso habitual, como en el móvil; es posible saber si una persona ha transitado por las calles principales con mayor concentración de partículas, cuántos árboles se ha encontrado en un día y si se ha desplazado en bicicleta o en coche. Esta tecnología es un gran paso adelante para capturar la vida cotidiana real de las personas y aumentar nuestra comprensión de las exposiciones ambientales y la salud.

¿Os acordáis que durante el embarazo os pedíamos de llevar un teléfono con vosotras durante una semana? Actualmente estamos analizando la información extraída gracias a los sensores del teléfono y así poder determinar la exposición a contaminantes durante los desplazamientos así como actividad física, métodos de transporte y acceso a espacios verdes.

Esta noticia ha sido redactada por Karl Samuelsson, investigador postdoctoral del Proyecto BiSC.