Relato de una enfermera de BiSC en confinamiento
Desde hace poco más de un mes, por una situación que no podemos controlar, el país se paralizó completamente, y tuvimos que adaptarnos al teletrabajo de la noche a la mañana. Entre todos ellos, nosotros, aquellas personas que con tanta ilusión y esfuerzo hacemos que el proyecto se lleve a cabo, por lo que nos tuvimos que adaptarnos también a esta nueva situación y a las nuevas necesidades de la gente. Para ello, se continuó el contacto telefónico con las voluntarias del proyecto BiSC y se intensificó el soporte de nuestros profesionales para poder llegar a aquellas participantes que, ante la situación actual, tengan alguna consulta y no les es fácil acceder a los canales tradicionales, como puede ser el centro de salud.
A través de esta iniciativa muchas mujeres han podido recibir una respuesta, quedando muy agradecidas, para nuestro deleite.
Nos encontramos en una situación compleja, donde la mayoría de personas, en especial las embarazadas, intentan salir lo mínimo posible para evitar cualquier situación de riesgo y ello nos lleva a momentos complicados en especial si hay niños pequeños en casa, ya que la conciliación familiar es mucho más intensa y puede colapsar. Ahí es cuando recibimos a veces esas llamadas donde no hay una pregunta concreta, sino que buscan el contacto con otra persona ajena al entorno habitual y con la que tienes confianza para poder hablar de todo y de nada, y para nuestro halago, nos han escogido a nosotras. Lo que no saben ellas es que esas llamadas también nos ayudan a nosotras a volar a otros sitios.
Con cariño, una enfermera en confinamiento.
Estela Rodríguez Quinteiro, enfermera del proyecto BiSC.